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El galanteo en la adolescencia. Diferencias de género (página 2)



Partes: 1, 2

Así, muchas veces no importa a qué persona se
está seduciendo y si esta rechaza, apuntamos
inmediatamente nuestra flecha a otra diana. Casi siempre la
diferencia radica en el grado de intimidad, compromiso y la
existencia o no de un vínculo afectivo. De todas formas
constituyen procesos de
interacción atravesados por una
asignación genérica, y por lo tanto determinados
sociohistóricamente y culturalmente.

De manera general, la fase inicial de acercamiento es un
proceso entre
dos desconocidos. Al no existir claridad en la definición
de la relación los mensajes son ambiguos y se vuelven
polisémicos, o sea, que tienen muchas lecturas. Si a esto
se suma, que al cambiar los códigos culturales con
relación al género,
las conductas de acercamiento se vuelven difíciles de
descifrar. Así, al no conocer al otro en la fase inicial
sólo entendemos los mensajes a partir de nuestras
expectativas, creencias, valores
asignados al sexo opuesto,
visiones de género, pero al estar estas percepciones
cambiando se producen ambigüedades y confusiones que pueden
bloquear el proceso de acercamiento, produciéndose
distanciamientos y puntos de desencuentro entre los sexos.

El flirteo constituye una forma de seducción sin
intención de iniciar una relación de pareja. Posee
un carácter casual, eventual,
momentáneo. Es un juego
cortés informal que se manifiesta con mayor espontaneidad,
un menor nivel de reflexión y que no implica compromiso.
Media la atracción y no el enamoramiento. Es un
enamoramiento rápido e intenso provocado por cualquier
detalle atractivo para esa persona. En otros países como
España
se le denomina como ligue o "transa" al amor de una
noche con besos y caricias. En Cuba se le
conoce mucho como "descarga" entre los más jóvenes
y "relación musical".

Orlandini en el Diccionario
del amor refiere que el flirt, palabra de origen inglés
que se puso de moda a fines del
siglo XIX, se define como un galanteo sin coito donde se
flirteaba con los ojos, con ligeros roces del vestido y la
piel, el
contacto de rodillas en un carruaje o por debajo de una mesa.
(3)

Heinrich Bruckner, en su célebre libro
¿Piensas ya en el amor? Lo
define como una forma real de relación con rasgos
eróticos y un juego cortés informal que no implica
ningún tipo de compromiso, constituye más bien una
forma de trato social sin particularidad interna esencial; un
atractivo estado de
mutua estimación sin intimidades. Así, por
insinuaciones uno le hace notar al otro que le agrada y el otro
corresponde cautelosa y provocativamente al mismo tiempo. Se
elige sin asumir responsabilidades. (4)

Las estrategias en
este tipo de enamoramiento son muy comunes y rápidas,
valiéndose de las miradas, las sonrisas. Las mujeres
coquetean, preguntan la hora, piden un cigarro, invitan a bailar,
mientras que los varones son más directos. Ellas tratan
más bien de estimular la conducta de
acercamiento del varón. Se establecen para compartir un
rato. Todo esto, descrito en las diferentes investigaciones
aludidas, a nuestro entender está condicionado por
factores de género, donde desde lo sociocultural se pautan
las formas de acercamiento que emplean hombres y mujeres,
además del estilo comunicativo más adecuado en el
cumplimiento de sus roles de género. Así, para las
mujeres una forma más indirecta y pasiva y para los
hombres una manera más activa y directa es lo establecido
y lo asignado para sus sexos si tenemos en cuenta que la
perspectiva genérica atraviesa nuestra actuación en
cada una de los espacios de la vida cotidiana.

El cortejo amoroso por su parte, representa la forma de
seducción con la intención explícita de
iniciar una relación entre dos personas portadoras de
determinadas visiones de género. Generalmente implica la
planificación de acciones y
estrategias para la conformación de la pareja,
constituyendo un proceso más estable en el tiempo. Media
la atracción y el enamoramiento. Supone mayor
intencionalidad que el flirteo.

El cortejo constituye la aproximación progresiva de dos
personas en la conformación de la pareja, donde en una
primera fase o momento se produce un intercambio de miradas y
gestos como formas de comunicación esencialmente extraverbales,
que de manera consciente o inconsciente indican las señales
iniciales de atracción. Posteriormente, en diversos
encuentros con previa planificación o no se produce
intercambio de información, sentimientos, creencias que
pueden dar la idea de intereses comunes, el
conocimiento de la biografía del otro y
otros aspectos que brindan seguridad y
seriedad a la interacción.

Con esta investigación se amplía el campo de
conocimiento
de la ciencia
psicológica en cuanto a la caracterización del
ciclo vital familiar si de cortejo amoroso se habla, pues esta ha
sido una etapa poco estudiada. Además, se han priorizado
los estudios de género con relación a temas como la
vida familiar y doméstica, la sobrecarga de roles en
la mujer, la
esfera laboral, la
ciencia y el
género, las relaciones
sexuales, el funcionamiento en la pareja, pero no se ha
abordado la fase inicial del enamoramiento. De estos estudios se
ha ocupado más bien la antropología, con Helen Fisher (1998) como
una de sus principales exponentes; la biología con Timoteo
Perper (1985); la sociología, entre otros. (5, 6). En Cuba
son pocas las investigaciones que hemos encontrado.

Es necesario especificar dentro del proceso de acercamiento
inicial o galanteo, dos fases o momentos diferentes. El flirteo,
el cual constituye una forma de seducción sin
intención de iniciar una relación de pareja posee
un carácter casual, eventual, momentáneo. Es un
juego cortés informal que se manifiesta con mayor
espontaneidad, un menor nivel de reflexión y que no
implica compromiso. Media la atracción y no el
enamoramiento. Heinrich Brückner (1981) nos describe algunos
de los elementos que caracterizan esta fase. (4) Por otra parte,
el cortejo amoroso constituye una forma de seducción con
la intención explícita de iniciar una
relación. Generalmente implica la planificación de
estrategias para la conformación de la pareja,
constituyendo un proceso más estable en el tiempo. Media
la atracción y el enamoramiento y supone una mayor
intencionalidad que el flirteo. Es necesario tener en cuenta que
ambos conceptos pueden ser fases o momentos de un mismo proceso,
o sea, que se puede pasar del flirteo al cortejo, o dos momentos
por separado sin relación alguna entre sí.

El estudio se propuso con el objetivo de
demostrar la importancia de la perspectiva de análisis del género para comprender
la perpetuidad de patrones sexistas, además de determinar
los puntos de encuentro y desencuentro entre los sexos con
respecto a sus percepciones sobre el galanteo actual.

MATERIAL Y
MÉTODO

Población de estudio

Se utilizó una población de estudio compuesta por 12
hembras y 12 varones adolescentes
del IPVCE Vladímir I. Lenin, con edades comprendidas entre
los 16 y 17 años. De este total se seleccionaron cinco
sujetos de cada grupo, o sea
cinco varones y cinco hembras, constituyendo una muestra parcial
para profundizar en los aspectos estudiados y como parte de la
segunda fase del diseño
de investigación, la cual describiremos de forma detallada
más adelante.

Técnicas y Procedimiento

Desde un enfoque cualitativo, durante una primera fase de
investigación se llevaron a cabo dos talleres para el sexo
femenino y masculino respectivamente, con el objetivo de explorar
la percepción de ambos sexos con
relación al flirteo y el cortejo amoroso, así como
determinar cuáles son las actitudes y
estrategias de seducción actuales que ponen en
práctica hombres y mujeres a esta edad en ambas fases.

Con los resultados obtenidos en los mismos se pasó a la
segunda fase de la
investigación, cruzando la información obtenida
en cuanto a creencias, actitudes y estrategias y elaboré a
partir de entonces una entrevista
semiestructurada para cada sexo. De manera general en esta
segunda fase la aplicación de esta técnica nos
permite explorar la forma en que ambos sexos decodifican,
interpretan los mensajes enviados por el otro sexo en el flirteo
y el cortejo amoroso. Esta aplicación se realizó
con una muestra parcial, en tanto se seleccionaron 5 varones y 5
hembras de cada grupo para lograr una mayor
profundización.

ANÁLISIS DE
LOS RESULTADOS

  • Puntos de encuentro y desencuentro entre los
    sexos.

A continuación presentamos algunos de los puntos de
encuentros y desencuentros entre ambos sexos en la etapa de
galanteo en la población estudiada.

Puntos de encuentro:

  • Muchas de las estrategias que utilizan son comunes como: el
    empleo de
    intermediarios para enamorar, el uso del baile, las
    conversaciones como punto crucial en el inicio del galanteo
    para una relación seria, ganarse a la persona a
    través de la amistad,
    acercarse a las amistades del otro para indagar acerca de los
    gustos, el empleo de detalles (mandar cartas, regalar
    flores, poemas) y
    las indirectas.
  • La aceptación de algunos cambios, lo cual se aprecia
    en la reivindicación que realiza cada uno del sexo
    contrario. Algunos varones reconocen el derecho de la mujer a un
    mejor protagonismo en el galanteo, mientras que ellas, por su
    parte, legitiman la negativa masculina como un derecho propio
    sin que ello implique una desvalorización de su
    masculinidad.
  • Ambos prefieren la intimidad y el compromiso como
    componentes determinantes del galanteo, sin descartar la
    pasión como un equilibrio
    con los anteriores, resaltando el enamoramiento gradual,
    espontáneo, la reciprocidad, el conocimiento mutuo, la
    espiritualidad, entre otros.
  • Ambos prefieren el enamoramiento para una relación
    seria, mientras que la descarga la perciben como una
    relación superficial y poco segura.
  • Ambos sexos se encuentran en un período de
    transición donde comparten la satisfacción de
    algunos cambios en los roles femeninos y masculinos asociados
    al galanteo, promoviendo una ruptura progresiva con valores y
    normas
    tradicionales. Se favorece, así, una
    participación más activa de la mujer y una
    expresión de los sentimientos más amplia en los
    hombres.

Puntos de desencuentro:

  • El tema de la negativa suscitó varias
    contradicciones entre los sexos. Así, el hecho de que
    sea la mujer quien pueda negarse y decidir la continuidad del
    galanteo produce bastante insatisfacción en los varones,
    que reclaman su derecho a negarse, apareciendo un emergente de
    cambio en el
    rol masculino, mientras que por el otro lado algunas muchachas
    valoran el rechazo masculino como una disminución de su
    virilidad.
  • El empleo más frecuente de la comunicación no verbal e indirecta en la
    mujer, mientras que el hombre
    emplea con mayor frecuencia la
    comunicación verbal y es más directo,
    está sustentado en la jerarquía de poder y en
    la asignación en el galanteo del rol pasivo a la figura
    femenina (mujer disimulada, discreta) y el rol activo a la
    figura masculina (hombre
    abierto, directo).
  • Los hombres reclamaron un respeto a su
    individualidad con respecto a su intencionalidad en el
    acercamiento inicial, ya que ellos también tienen
    derecho a sentir, poseen capacidad de amar, piensan sus
    decisiones y
    buscan igualmente lo espiritual. Las
    mujeres, por su parte, reclamaron su derecho a descargar y
    expresar sus deseos sin ser clasificadas ni subvaloradas.
  • La distribución de los roles en el galanteo
    (hombre – iniciativa; mujer – pasividad) provoca un
    desequilibrio en la actuación de ambos sexos en el
    proceso sobreexigiendo a la figura masculina y
    limitándole las potencialidades a la figura
    femenina.
  • Con respecto al polo resistencia/insistencia el varón debe ser
    quien insista en el galanteo, como un espacio de
    demostración de su masculinidad. Por su parte, las
    mujeres deben resistirse como una forma de "resguardar
    su imagen".
    Así, aunque la negativa puede significar rechazo, muchas
    veces constituye una invitación al hombre a que
    continúe con el galanteo. Aquí también se
    reconoce una jerarquía de poder que sustenta las
    relaciones entre los sexos.
  • Con relación a los códigos emocionales, los
    hombres no deben expresar sus sentimientos, ni ser amorosos,
    temen menos al fracaso, no se entregan desde el principio, son
    más bien superficiales,
    planteándose una
    limitación y represión en lo afectivo emocional.
    En este sentido la inconformidad la mostraron ambos sexos. Las
    mujeres son sentimentales, románticas, sensibles,
    tiernas, dulces,
    se les legitima la posibilidad de expresar
    el miedo, la inseguridad,
    se les reconoce su vulnerabilidad al fracaso.
  • Se percibe un mayor anclaje por parte de las mujeres al
    mito del
    amor romántico, evidenciándose en ellas una mayor
    inconformidad con los cambios que se dan en el galanteo actual
    y una no aceptación ante la pérdida de algunos
    aspectos del romanticismo
    tradicional, depositando las causas de ello en el varón,
    lo cual produce un punto de desencuentro.
  • Desde la asunción de algunas cualidades asignadas a
    cada sexo, donde la mujer debe darse a respetar, cuidar su
    imagen y hacerse la dura
    , mientras que el hombre debe
    ser el de la ofensiva, exponerse, hacer mayor esfuerzo, ser
    más abierto e insistir
    , encontramos un factor
    predisponente en el acercamiento inicial entre ellos.

A partir de aquí se aprecia cómo mujeres y
hombres en estas edades enamoran en la actualidad a partir de
patrones tradicionales de género sustentados por los
estereotipos sexuales y una estructura de
poder. Por supuesto, han aparecido emergentes de cambio con
respecto a lo asignado socialmente a mujeres y hombres en el
galanteo. Esta necesidad de transformación en los roles,
pautas de comportamiento
funcionan principalmente en el plano de lo deseable, de las
expectativas, ya que en la actuación real continúan
comportándose y adoptando actitudes que se rigen por
patrones rígidos y estereotipados. Esta situación
conlleva a un estado de ambigüedad en los códigos de
seducción, puntos de desencuentro entre los sexos y malos
entendidos.

Por último, veremos cómo la terminología
que emplean los adolescentes reflejan en gran medida las estructuras de
poder que se encuentran de base en el galanteo moderno entre
hombres y mujeres. Así, el varón "rompe el
hielo", "se lanza", "dispara", "talla", "descarga"

asociándose la masculinidad a la iniciativa, la actividad,
la ofensiva, la despreocupación y la búsqueda de lo
sexual, percibiéndose como el portador del poder y de la
dominación en el proceso. Por su parte, las féminas
son las que dan la entrada, dan el pie, provocan,
insinúan, coquetean,
asociando su actuación a
la comunicación no verbal, indirecta, que depende de la
figura masculina como referente, la que estimula, incita a la
actividad pero debe quedarse en esos límites,
ya que es asociada a la subordinación y al respeto a este
poder masculino.

CONCLUSIONES

  • Ambos sexos poseen una percepción de género
    estereotipada que atraviesa e influye en la calidad de las
    relaciones en el galanteo, manifestándose una
    jerarquía de poder y relaciones asimétricas.
  • Aparecieron emergentes de cambio en las expectativas con
    respecto a la asignación y asunción de los roles
    de género esperados para hombres y mujeres en el
    galanteo, aunque aún en el plano de lo deseable,
    encontrándose en una etapa transicional.
  • Los mensajes se hacen difíciles de interpretar ante
    la permeabilización y flexibilización de los
    roles femeninos y masculinos y los cambios en las visiones de
    género, pues los referentes que tenemos para descifrar
    las señales del otro en esta etapa (la percepción
    de género) están en transformación. Esto
    sucede a raíz de un enfrentamiento entre los modelos y
    valores tradicionales con los actuales.
  • Aparecieron puntos de desencuentro importantes con respecto
    a la decodificación de las actitudes y comportamientos
    de ambos sexos en el galanteo en el aspecto interaccional de
    los mismos.
  • Evidenciamos una mayor ambigüedad en la interpretación de las estrategias
    femeninas por parte de los varones. Esto se debe a que los
    cambios en ellas son mayores y más evidentes, desde la
    transición hacia un rol más activo.

REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS

  1. Castellanos, B.; González, A. (2003): "Sexualidad y
    géneros. Alternativas para su educación ante los retos del siglo XXE",
    Editorial Científico-Técnica, La Habana.
  2. Vírseda, J. (1995): "Elección de pareja" en
    Revista
    Psicología Iberoamericana, Vol 3, # 4,
    México.
  3. Orlandini, A. (1996): "Diccionario del amor", Editorial
    Oriente, Santiago de Cuba.
  4. Brückner, H. (1981): "¿Piensas ya en el amor?",
    Editorial Gente Nueva, La Habana.
  5. Orlandini, A. (1998): "El enamoramiento y el mal de
    amores", Editorial Fondo de Cultura
    Económica, México.
  6. Potts, R. (1998): "La ciencia del amor y del rechazo.
    Signos
    inequívocos de la atracción sexual" en Revista
    Bohemia, # 4, La Habana.

 

 

 

 

Autor:

Lic. Keytel García Rodríguez

Psicóloga Centro de Investigaciones Médico
Quirúrgicas (CIMEQ)

Partes: 1, 2
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